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Absceso y fistula se consideran dos formas de presentación de una misma enfermedad, en la que lo forma aguda de la enfermedad es el absceso anal y la forma crónica es la fistula anal.
El absceso anal es una urgencia quirúrgica frecuente en coloproctologia. Se presenta más frecuentemente entre los 20 y 50 años de edad, con mayor incidencia en varones
Dentro del conducto anal existen unos pliegues longitudinales llamadas glándulas de Morgagni las cuales forman una pequeña cavidad la cual se denomina cripta anal. La infección de esta cripta es la que ocasiona el absceso.
Pero para que la cripta se infecte existen factores que obstruyen esta glándula que generalmente se trata de materia fecal ya sea por evacuaciones duras o por periodos de diarrea, traumatismos o cuerpos extraños.
Alrededor del ano existen varios espacios donde se puede acumula el pus y dar lugar a los abscesos anales, estos espacios están divididos por estructuras anatomías constituidas por fascias, músculos y ligamentos.
Sin embargo estas barreras que divide estos espacios pueden ser rotos por el proceso infeccioso del absceso y extenderse la enfermedad dependiendo de las condiciones inmunológicas del paciente y de la virulencia del germen que está formando el absceso.
El dato clínico más importante es el dolor anal. El dolor es intenso, punzante y aumenta al sentarse, toser, estornudar y en el momento de la defecación.
Los pacientes manifiestan una bolita anal dura, caliente y que aumenta de tamaño, esto solo si el absceso es superficial, en caso de absceso más profundo el único síntoma es el dolor. Si la infección se mantiene el paciente empieza con fiebre, sudoración y malestar general.
En la mayoría de los casos el examen proctológico lo demuestra el absceso. Se utiliza estudios de tomografía, o ultrasonido endoanal en casos en los que el absceso es recurrente, complejo o se sospecha que este asociado a una enfermedad inflamatoria intestinal.
Hidradenitis Supurativa, enfermedad pilonidal, quiste e Bartholini con absceso, fisura anal, hemorroides trombosadas.
El tratamiento es la cirugía. El uso de antibióticos debe ser coadyuvante a un drenaje de absceso pero por ningún motivo lo reemplaza, ya que estaríamos predisponiendo al paciente a que sufra complicaciones.
Es la complicación de un absceso anal cuando este se extiende a través de tejidos de la región del periné.
Es una infección necrosante de la zona perineal, que ocasiona una enfermedad muy grave con riesgo inminente de muerte. Su manejo es quirúrgico con lavados y resección de todo el tejido muerto que forma, a veces en múltiples ocasiones y además de antibióticos de amplio espectro y combinados.
Algunos pacientes por la extensión del proceso infección en periné requiere colostomía para evitar la contaminación de materia fecal en la zona.