El cáncer de colon es el tercero más frecuente tanto en hombres como en mujeres. Entre los factores de riesgo se incluyen la edad, una dieta rica en grasas y colesterol, enfermedades inflamatorias intestinales (especialmente colitis ulcerosa) y la predisposición genética, incluida la poliposis hereditaria y los síndromes no asociados a poliposis.
Si se detecta a tiempo, el cáncer colorrectal es curable con cirugía. La quimioterapia adyuvante puede prolongar la supervivencia en caso de invasión de ganglios linfáticos. La radioterapia se administra en los casos de cáncer rectal para reducir el riesgo de recidiva local.
La inmensa mayoría de tumores colorrectales son adenocarcinomas, que se originan a partir de pólipos adenomatosos desarrollados en la mucosa colónica sana. Esta secuencia adenoma- carcinoma se origina tras una serie de acontecimientos clínicos e histopatológicos bien caracterizados, con los que se han asociado alteraciones genéticas moleculares separadas.
Otra entidad predisponente es el cáncer de colon hereditario no asociado a poliposis, en el que los individuos afectados heredan una mutación en uno de sus genes. Se han detectado mutaciones de estos genes en heces de pacientes con cáncer colorrectal y en el futuro podrían ser útiles para el diagnóstico precoz.
En Estados Unidos se calculó que en 2005 se producirían alrededor de 104.950 nuevos casos de cáncer de colon y 40.340 de recto y que los dos tipos sumados causarían alrededor de 56.290 muertes.
De acuerdo con el informe de la Organización Mundial de la Salud sobre tasas mundiales de cáncer, cada año en el mundo se producen más de 940.000 nuevos casos de cáncer colorrectal y cerca de 500.000 muertes.
La tasa de supervivencia global a los 5 años es del orden del 60% falleciendo cada año cerca de 60.000 individuos. La tasa de supervivencia a los 5 años es diferente para cada estadio; la clasificación de extensión del cáncer de colon se correlaciona claramente con la supervivencia y, por consiguiente, con el pronóstico. Para los tumores en estadio A limitados a la mucosa, la tasa de supervivencia a 5 años supera el 90%, mientras que para el cáncer de colon metastásico, la tasa es del orden del 5 %. Para el estadio B la tasa es mayor del 70% e incluso supera el 80% si el tumor no invade la muscular propia. Una vez el tumor invade los ganglios linfáticos (estadio C), la tasa de supervivencia a los 5 años suele ser inferior al 60%.
La edad es un factor de riesgo conocido. El riesgo empieza a aumentar en individuos mayores de 40 años. En los afectados por una predisposición familiar es más probable que se desarrolle a una edad más joven. Los pacientes con poliposis adenomatosa familiar tienen una probabilidad de desarrollarlo del 100%.
La historia y la exploración física nos alertan de la posibilidad de un cáncer colon. El primer síntoma puede ser un cambio en el hábito intestinal, (estreñimiento o diarrea), mientras que otros síntomas dependen de la localización del tumor.
Colon Derecho. Producen anemia crónica por sangrado microscópico, no detectable a simple vista, y diarrea.
Colon Izquierdo. Sangrado que mancha las evacuaciones con estrías de sangre, sin dolor en el momento de la defecación, inflamación abdominal, heces mas delgadas y síntomas de oclusión intestinal como dificultad en la canalización de gases.
Recto. Las lesiones rectales suelen debutar con sangrado, cambios en la frecuencia de evacuaciones, y menor volumen de evacuación. Los sangrados suelen atribuirse a las hemorroides, y es detectable en el 90% de los casos con un simple tacto rectal.
El método de diagnostico para el cáncer de colon es la colonoscopia que nos permite examinar todo el colon, obtener una biopsia de lesiones sugestivas y extraer pólipos.
Para el tratamiento clínico del cáncer colorrectal es útil la determinación de la concentración preoperatoria de antígeno carcinoembrionario (CEA). Si en las recidivas o metástasis se detecta un aumento de la concentración de CEA, su determinación seriada es útil para monitorizar la respuesta al tratamiento.
Si inicialmente se identifica un aumento de la concentración, también pueden ser útiles otros marcadores tumorales, tales como el antígeno tumoral 19-9 (CA 19-9). Algunos estudios sugieren que la expresión de los antígenos tumorales de múltiples tejidos se asocia con una mayor incidencia de recidiva y tasa de supervivencia libre de enfermedad menos prolongada.
Incluyen Biometría Hemática y paneles de electrólitos y químicos, al igual que pruebas de función hepática, aunque los resultados pueden ser normales a pesar de la presencia de enfermedad metastásica.
Forma parte de la evaluación sistemática y del estudio de extensión. Puede revelar una diseminación metastásica a los pulmones.
La exploración TC abdominal/pélvica puede ser útil para diagnosticar metástasis en ganglios linfáticos e hígado. Múltiples metástasis hepáticas no resecables hacen que la enfermedad no sea curable con cirugía ni quimioterapia.
La TC también es de utilidad en el seguimiento de pacientes tras resección del tumor al igual que en la enfermedad metastásica. Puede contribuir a establecer el diagnóstico de recidiva y documentar la respuesta a la quimioterapia.
Los enemas baritados con doble contraste son una opción de búsqueda del cáncer colorrectal que pueden contribuir a establecer el diagnóstico. Sin embargo, adolecen de limitaciones y pueden pasar por alto lesiones en la región de la válvula ileocecal y dístales del recto o en pacientes con diverticulosis extensa.
El aspecto microscópico de los adenocarcinomas colónicos es el de estructuras glandulares bien o mal diferenciadas. Se pierde la estructura topológica normal del epitelio colónico.
El tratamiento es quirúrgico, se debe quitar el tumor con todas las cadenas ganglionares involucradas en el mesenterio y dependiendo del grado de extensión de la enfermedad se determinara si requiere radioterapia o quimioterapia.