Las fisuras anales se pueden clasificar como aguda o crónica según la duración de los síntomas, el aspecto y morfología de la fisura en la revisión proctológica.
La mayoría de las fisuras agudas curan espontáneamente, pero una parte se vuelven crónicas. Se define generalmente como una fisura anal crónica a la persistencia de los síntomas por más de 6 semanas o por la presencia de fibras musculares del esfínter anal interno.
El objetivo del tratamiento de una fisura aguda es romper el ciclo de heces duras, dolor y espasmos o contractura del esfínter anal.
Esto se puede lograr con dieta con un aporte de líquidos adecuado, rica en fibra y, si es necesario, ablandadores de heces.
Hasta el 90% de los pacientes diagnosticados con fisuras agudas se curan con estas medidas, y el apoyo de pomadas que promueven la cicatrización.
La mayor comprensión de la fisiología del esfínter anal, junto con la relativa incontinencia anal a largo plazo, ha impulsado el entusiasmo de los tratamientos farmacológicos para la fisura anal crónica.
Estos agentes han sido desarrollados con el objetivo de crear una reducción reversible de la presión del esfínter anormalmente alta de reposo hasta que la fisura haya sanado.
La nitroglicerina es el tratamiento farmacológico utilizado por primera vez en la creación de un "esfinterotomìa química". Los objetivos son: el aumento del flujo sanguíneo ano rectal y la relajación del esfínter anal.
El tratamiento reduce significativamente el dolor en la defecación después de 2 semanas, incluso en pacientes que no cicatrizan. Aplicaciones repetidas pueden ser necesarias y son seguras. Dosis más altas no mejoran los resultados, pero, curiosamente, no parecen empeorar los efectos secundarios de los cuales los màs comunes son el dolor de cabeza (27%) y la hipotensión (6%).
Las tasas de curación son bajas, de 48,6% frente al 37% con el placebo, con recurrencia tardía en el rango de 50% de los inicialmente curados.
Los bloqueadores de los canales de calcio evitan la entrada de calcio en las células del músculo liso, disminuyendo el calcio intracelular y por tanto previenen la contracción del músculo liso con la consiguiente reducción de la presión de reposo.
Los agentes orales parecen tener tasas de curación más pobres y mayores tasas de efectos secundarios que los preparados tópicos (cremas y pomadas).
Las tasas de recurrencia a largo plazo después de un seguimiento parecen no ser mejores al tratamiento con nitroglicerina.
Derivado de la exotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum, la toxina botulínica es una neurotoxina potente. Sus efectos sobre el músculo liso están bien documentados y, cuando se inyecta en el esfínter anal, produce una denervación química de las placas del extremo del motor con el consiguiente descenso en la presión de reposo anal y mejoría de la perfusión.
El tratamiento es más invasivo que los ungüentos tópicos, pero no tiene los mismos problemas con el cumplimiento y se puede realizar en forma ambulatoria.
Proporciona una esfinterotomía química reversible y representa un tratamiento no quirúrgico novedoso en la gestión de la fisura anal crónica.
Los efectos secundarios, como la incontinencia urinaria temporal, parecen ser poco frecuentes y reversibles. Su principal inconveniente es su costo, pero esto tiene que situarse en el costo de la cirugía.
Si comparamos la toxina botulínica con la nitroglicerina, la toxina botulínica se asoció con mejores tasas de curación (70% versus 49%). a los 6 meses.
La cuestión de la recurrencia después de la inyección de toxina botulínica queda por determinar, se presentan series con recurrencia a 1 año de 10% que puede aumentar progresivamente a 5 años a 50%.
Una revisión del tratamiento no quirúrgico para la fisura anal ha concluido que es mucho menos efectiva que la cirugía con una alta tasa de recurrencia.
No obstante, el riesgo de usar estas terapias no es grande, sin aparentes efectos a largo plazo y puede ser repetido.
El tratamiento médico por lo tanto puede utilizarse en personas que desean evitar la cirugía, y la cirugía se reserva para los fracasos del tratamiento.