Hay tres objetivos principales en la evaluación de una mujer que se presentan con Incontinencia Anal:
Para iniciar el tratamiento adecuado requiere la obtención de una historia clínica detallada, realizar un examen físico completo y obtener estudios específicos.
Un punto importante al obtener la historia de la paciente es una comprensión detallada de cómo la paciente describe su Incontinencia fecal, incluyendo los hábitos intestinales, las actividades de la vida diaria, y la movilidad.
La frecuencia y consistencia de las heces y la calidad de evacuación son importantes para definir la urgencia del tratamiento.
Para determinar el impacto de la Incontinencia Fecal en la calidad de vida, se debe indagar acerca de los cambios en la rutina diaria (por ejemplo, evitar comidas para prevenir la Incontinencia o evitar la salida del hogar) son esenciales.
Es necesario evaluar totalmente la presencia de todos los procesos sistémicos que pueden estar contribuyendo a Incontiencia, en particular las de origen neurológico.
Una historia de medicamentos puede resultar en la solución más simple si un medicamento en particular es identificado como el culpable y puede ser sustituido sin daño para el paciente.
En las mujeres, una historia detallada de cada embarazo es importante y debe incluir el número de partos y sus respectivos datos, como el método, la incidencia de desgarros o episiotomías, peso y tamaño de los hijos en el nacimiento y la duración del trabajo de parto.
La historia quirúrgica debe incluir detalles concretos referentes a los procedimientos anorrectales, como hemorroidectomía, fistulotomía, la esfinterotomía lateral interna, y así sucesivamente.
Muchas otras cirugías pueden contribuir a la Incontinencia, por lo que también deberá ser documentado. Otras causas de trauma anorrectal, como el abuso sexual o coito anal voluntario, son igualmente importantes.
Desafortunadamente la obtención de esta información altamente sensible puede ser difícil. Establecer una buena relación con la paciente es crucial para provocar una historia clínica detallada.
En la exploración física se debe observar la vagina, para determinar los resultados de una cicatriz visible posterior (secundarias a la episiotomía previa o a reparación de desgarros vaginales), prolapso uterino, o la presencia de un rectocele. Hacer que el paciente haga una maniobra de Valsalva durante la inspección general del perineo puede revelar descenso del perine Un Valsalva también puede revelar prolapso uterino o rectal que puedan no ser evidente cuando el paciente está relajado.
Tres aspectos del ano son examinados: la apariencia, la función sensorial y la función del esfínter.
La inspección visual del ano puede revelar las cicatrices, hemorroides externas, una fístula, dermatitis, infecciónes o un tumor. Una anoscopia rectal puede revelar las hemorroides internas, un rectocele o enterocele, o una masa igual o superior al margen anal. Se debe estimular el esfínter anal para provocar su contracción. lo que significa un anodermo intacto y normal.
La ausencia de un abrir y cerrar anal no confirma una incontinencia, pero debe hacer sospechar un déficit motor de los nervios periféricos o sensoriales, o de las sinapsis de la médula espinal.
Durante el examen rectal digital, la función motora de los músculos del piso pélvico y del esfínter puede ser evaluada pidiendo al paciente que contraiga y se relaje, para apretar, y luego relajarse de nuevo. Aunque este examen no es tan objetivo como la manometría anal o una ecografía, pero puede dar una buena idea de la función del esfínter y sus defectos.
Tras un examen físico completo, las pruebas adicionales pueden no ser indicadas, pero en general deben ser usadas para guiar el diagnóstico y tratamiento en determinadas situaciones.
Se hara en los siguientes meses una revision de los estudios especiales para incontinencia fecal.
Maniobra de Valsalva, provocar un aumento en la presion abdominal a traves de el pujo o simplemente hacer toser al paciente