Las hemorroides constituyen la enfermedad proctológica más común. De hecho, se estima que, en los países industrializados, cerca del 50 % de la población mayores de 50 años sufren, o han sufrido de problemas recurrentes de hemorroides.
El suministro de sangre al recto y al conducto anal es provisto por 3 arterias, la arteria rectal superior, una rama de la arteria inferior mesentérica; la arteria media rectal, una rama de la arteria interna iliaca; y la arteria rectal inferior, una rama de la arteria interna genital.
El plexus hemorroidal interno, recibe el suministro de sangre exclusivamente de las ramas terminales de la arteria rectal superior.
El plexus hemorroidal es una estructura fisiológica de espacios vasculares largos y desvíos artero-venosos: llamados corpus cavernosum recti (CCR). Los CCR son descritos como una red cavernosa artero-venosa sin la interposición de un sistema capilar.
Las anastomosis arterovenosa sin la submucosa se cree que contribuyen a incrementar el volúmen de los colchones anales sellando el conducto anal.
Los colchones contribuyen aproximadamente a restar en un 15% a 20% la presión anal. Tal vez más importante sirven como una conexión conformista para asegurar un cierre completo del conducto anal.
El desarrollo de la enfermedad hemorroidal, comienza con la dilatación interna de cuerpos cavernosos de los colchones anales, causados por mecanismos multi factoriales tales como:
Clasificación según Goligher de la Enfermedad Hemorroidal
Grado I de la Enfermedad Hemorroidal
Grado II de la Enfermedad Hemorroidal
Grado III de la Enfermedad Hemorroidal
Grado IV de la Enfermedad Hemorroidal
Se requiere imprescindiblemente un equipo de Doppler Hemorroidal, incorporado a un espejo rectal o anoscopio quirúrgico rectal, el resto de material básico del cirujano, material de sutura, porta-agujas,
Este equipo es el que localiza las arterias hemorroidales permitiendo de este modo la:
Después de la ligadura, la afluencia arterial a las hemorroides decrece y las hemorroides colapsan. La disminución en la tensión facilita la contracción de las hemorroides y reduce el prolapso. Las suturas crean una fijación mucosa y levantan los colchones hemorroidales.
La técnica convencional de cirugia abierta en el tratamiento de la enfermedad hemorroidal es muy buena, segura y efectiva en manos especializadas con un pequeño inconveniente, el dolor postoperatorio
Este inconveniente a llevado a la búsqueda de nuevas alternativas en el tratamiento de la enfermedad hemorroidal, como la presentada en este articulo, que sin lugar a dudas es buena "cuando está bien indicada" y en pacientes seleccionados, esto quiere decir que no todos los pacientes son candidatos a esta técnica quirúrgica
Ciertamente el dolor post-operatorio con la desarterialización hemorroidal con doppler es mínimo y el paciente en 2 a 3 días se reincorpora a sus actividades cotidianas.
No es definitiva en todos los pacientes, si hay persistencia de esfuerzo en la evacuación o evacuaciones duras, las hemorroides se forman nuevamente, pero la técnica se puede repetir en dichos casos.